Una señora mayor que no sabe qué hacer con su aguinaldo
Soy Elena, tengo 55 años. me esforcé mucho durante toda mi vida, trabajé todos estos años para poder darles a mis hijos una mejor vida que la que yo tuve, así que me ha ido bien económicamente, en este punto de mi vida ya tengo lo que he querido, así que cuando recibo mi aguinaldo no estoy con ansias de querer comprar algo, esos tiempos ya han pasado.

Durante mi vida aprendí a separar los deseos de las necesidades, ya que muchas veces solemos confundirlas porque nuestros deseos suelen ser emocionales y hacen que sintamos que de verdad necesitamos algo cuando en realidad solo es momentáneo. Así que, creo que no me compraré nada ostentoso este año, quiero utilizar mi dinero en algo más beneficioso.
Tengo varias opciones de qué hacer con este dinero que me sobra, podría invertirlo y que genere rendimientos, pero no tengo una meta clara de algo que quiera hacer con ese dinero, puedo comprar cosas para mis hijos y nietos, pero están bien económicamente, no les hace falta, pero si me gustaría ayudarlos para su futuro. Así que decidí preguntarle a mi hijo que sabe finanzas.
Después de platicar con él me dijo que había muchas cosas que podía hacer con el dinero, me dijo que si lo que quería era generar más dinero para una meta que tenga dentro de algunos años sería una buena idea invertirlos en instrumentos de deuda o fondos de inversión de renta fija, que son inversiones con un bajo nivel de riesgo, mencionó que es importante comparar las diferentes instituciones que ofrecen este servicio, sus comisiones y tasas de interés. Algo que me llamó mucho la atención es que puedo invertir mi dinero pero que se le entregue a otra persona, algo así como un regalo, que a esto se le llama fideicomiso y existen de diferentes tipos. Uno de ellos es fideicomiso para la universidad donde pones tu capital a la inversión dentro del fideicomiso y de vez en cuando das aportaciones para incrementarlo, este una vez que el beneficiario sea mayor y quiera estudiar la universidad podrá tener el dinero para usarlo específicamente para eso.

No sabía que existía algo así y se me hizo increíble que puedo hacer algo así para mi nieto, gracias a que mi hijo me dijo que existía esto, abrí un fideicomiso para la universidad de mi nieto, y cada año podré estar aportando mi aguinaldo y poder contribuir un poco en sus estudios, esto me hace muy feliz. ¡Que bueno que decidí investigar sobre los instrumentos financieros!